domingo, 20 de septiembre de 2009

Vendedora de nieves y aguas frescas

OUT LIKE LAMBS. Sunderland.

 

Las contraventanas estaban cerradas. Por las rendijas de la madera, el sol proyectaba en el suelo de piedra largas y finas rayas que se quebraban en los ángulos de los muebles y temblaban en el techo. En la mesa, las moscas subían por los vasos usados y zumbaban al ahogarse en los restos de sidra. La luz del día que entraba por la chimenea convertía  en terciopelo el hollín del fondo del hogar, y daba un leve matiz azulado a las cenizas frías. Entre la ventana y el hogar, Emma estaba sentada cosiendo: no llevaba toquilla; y Charles vio los hombros desnudos cubiertos de gotitas de sudor.

GUSTAVE FLAUBERT. Madame Bovary. Alianza Editorial.

 

7 comentarios:

Insumisa dijo...

Lo leí hace tantos años que ya ni me acuerdo de la trama. Y cuando digo muchos, son muchos (mas de 25). Aun lo tengo entre mis libros, y deberé releerlo en cuanto termine con El péndulo de Foucault. ¡Te comento luego!.

Un abrazo

Insumisa dijo...

P.S.
Hablo de Madame Bovary, of course.

39escalones dijo...

Yo también tengo que retomarlo. Un vídeo fantástico.
Abrazos.

Belinda dijo...

No he leido el libro, ni creo que lo haga porque no suelo leer novela, pero en verdad estas descripciones literarias son claras como imágenes fotográficas. Por otro lado quiero darte las
gracias por la información que me has dejado sobre los audios.
Belinda

Fernando García Pañeda dijo...

En ese entorno, esas gotitas llevan a la perdición a cualquier hombre.
Y me incluyo entre los cualqueira.
Un beso blanco y fresco.

Lucía dijo...

No os creáis, yo también necesito darle un repaso pero no tengo tiempo para releer, es una pena, ya lo sé, pero de momento voy a avanzar entre la jungla de libros que invaden la casa. Las relecturas vendrán con la jubilación.

Besos frescos.

Tesa Medina dijo...

Bello.

Ya casi nadie describe los ambientes en las novelas con pequeños detalles como esas gotitas de sudor, y yo, que soy muy visual cuando leo, las echo de menos.

He leído dos veces la novela, me encanta, aunque me desepere la actitud de la protagonista.

Besos, Lucía.