Esta es la historia de Liesel Meminger, una niña alemana de 9 años, y de cómo llegó a un hogar de acogida donde su nuevo padre la enseñó a leer; de cómo empezó a robar libros y su amor por las palabras; de cómo conoció a Rudy, su mejor amigo, un chaval al que le gustaba pintarse la cara de negro para imitar a Jesse Owens.
También es la historia de un judío escondido en un sótano, donde escribe dos libros sobre las páginas arrancadas y pintadas de blanco del Mein kampf, para regalárselos a esa niña alemana que le cuida y vigila como el mejor ángel de la guarda.
Y, cómo no, el telón de fondo es la Segunda Guerra Mundial y una Alemania dónde no todos siguen las consignas del Fürher aún a riesgo de ser severamente castigados.
Todas estas historias y muchas más son narradas por una silenciosa y atareada observadora: la muerte. Pero no teman, no es esa muerte que todos imaginamos oculta bajo un manto negro y cargada con una guadaña, es...
No les cuento nada más, tendrán que descubrirlo por si mismos, sorprenderse y emocionarse hasta el borde de las lágrimas como hice yo. No les voy a dar todo el trabajo hecho ¿no?.
Tal vez estaban húmedos. Tal vez habían apagado la hoguera antes de que el fuego llegara al interior. Sea como fuere, se acurrucaban entre las cenizas, conmocionados. Supervivientes.
-Tres libros- musitó Liesel, y se volvió hacia los hombres, que estaban de espaldas.
-Vamos, ¿quieres despabilar? Estoy muerto de hambre- dijo uno de ellos.
Se dirigieron hacia el camión.
Los tres libros asomaron la nariz.
Liesel se acercó.
El calor seguía siendo bastante intenso al pie del montón de cenizas. Metió la mano y tuvo la sensación de sufrir un mordisco, pero al segundo intento se aseguró de hacerlo con más rapidez y atrapó el libro que tenía más cerca. Estaba caliente, aunque también húmedo. Si bien tenía los bordes chamuscados, todo lo demás permanecía intacto.
Era azul.
La tapa parecía trenzada con cientos de fibras apretadas unas contra las otras. Tenía unas letras impresas en rojo, pero la única palabra que Liesel tuvo tiempo de leer fue "hombros". No dio para más, y había un problema: el humo.
La ladrona de libros. Markus Zusak. Editorial Lumen.
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19 comentarios:
Veo Lucía que nuestras lecturas tienen que ver con la fortuna que significa la lectura. Yo he leído otra historia sobre libros "Firmin: aventuras de una aliñana urbana", editado por Seix Barral y aunque no tiene nada que ver con el libro que propones y que te confesaré que no tenía intención alguna de leer antes de que tú hablaras sobre él, si percibos puntos comunes y sobre todo el más común de los puntos, ese esconderse ante los ojos de los demás cuando uno es un niño lector o un "ratoncito" lector. Es un libro muy recomendable como veo que es el que tú citas. Así que como me fío mucho, mucho de ti iré a comprarlo.
Un abrazo súper.
Me atraen los libros con historias sobre ellos mismos, sobre los propios libros.
Libros animados, que se vuelven actores protagonistas de la historia.
Un beso
era azul.
Me dio un escalofrío al leer
Beso
Hace unos días lo vi en una librería y me llamó la atención por su título y ahora que conozco algo más el contenido, creo que lo leeré si tengo la oportunidad...
Un abrazo de oso panda
Me han llegado comentarios muy entusiastas de este libro por varios caminos, pero ahora que lo veo aquí, no hay duda de que me lo adjudico, pero ya. He de confesar que las historias con niños, a priori, no me van mucho, pero si tú lo dices debe merecer la pena sin duda.
Ya te contaré.
Besos.
La chica de la portada me recuerda a ti.
Reconozco que no había oído nada sobre el libro. Pero el título me encanta y la fotografía es fascinante.
Tengo una lista de libros y unos cuantos cumpleaños a la vista.
Este cae seguro y de paso me lo regalo a mí misma porque me apetece.
Besitos,
voy a buscar el libro inmediatamente, parece muy interesante y tu buen gusto es de sobra conocido por quienes frecuentamos tu blog, un saludo, siempre es un placer visitar este rincón
Hola, Lucía, no conocía el libro, pero tiene todos los ingredientes para que me guste. Los supervivientes, la segunda guerra mundial, se llora…niña enamorada de los libros.
En cuanto aprendí a leer y a enterarme de lo que leía con cinco años no he parado. En las épocas de vacas flacas para conseguir novelas, leía de todo, hasta libros de botánica.
Así que, en cuanto pueda, me hago con la novela. Gracias, Lucía. Ah, me he puesto al día de lo atrasado. Todo muy interesante.
Besos.
Lucía...
Es preciosa la historia, recuerda un poco al pianista del gueto...
B x C
No he leído la novela Lucía,pero si te ha gustado,para mí es más que suficiente para adquirirla y degustarla.El título es maravilloso y su portada me recuerda a la fotografía de tu perfil en el blog.
Besos.
Una preciosa entrada, Lucía. Y, de nuevo, otro libro que tengo que apuntarme. ¿Qué magia ocultarán los libros cuando aún no han podido derribarlos ni las computadoras ni todos los Internetes del mundo? Al menos a los libros no se les acaba las baterías, y uno se los puede llevar a todas partes. Ayer estuve en mi librería de viejo preferida y sigo con la borrachera del olor a papel viejo y tinta vieja. Besos.
Libros y fuego. Y héroes rescatando líneas.
¿Nunca acabará esta pesadilla?
Lo leeré, sin duda alguna.
Gracias.
Que imagen tan preciosa y que idea tan rotunda esa de pintar de blanco las páginas del Mein Kampf y escribir de nuevo sobre ellas.Genial.
Otra recomendación estupenda.
Me encantan los libros sobre libros. Este en concreto lo tengo aguardándome en la estantería, ya te contaré mi opinión cuano lo termine. Me has animado aún más a leerlo.
Un abrazo
Interesante entrada, me has dejado intrigada y con ganas de saber mas sobre esa niña; aunque el tema del holocausto de por sí me encoje el alma siempre que leo sobre eso.
Un abrazo, señorita Lucy ;o)
Muy sugerente invitación. Has despertado mi interés por esta novela situada en un marco de horrores pero también de héroes muchas veces anónimos.
¡Saludos!
estoy paseando y me encontré con este blog.
Muy buenas tus letras y lo que estas describiendo.
saludos
La Ladrona de Libros es una obra maestra de Markus Zusak, digna de leerse y comentare, pone a la muerte en un lugar privilegiado en la historia, ademas nos hace reir y llorar con los sucesos que a medida se avanza en la lectura van aconteciendo. un libro para volver a leerlo
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