miércoles, 10 de octubre de 2007

El templo de la Garza Escarlata, de Tran-Nhut

Este es el primer libro que edita Tropismos de las hermanas vietnamitas Tran-Nhut sobre el mandarín Tân, personaje inspirando, según reza en la contraportada "en un antepasado de su madre".
Ambientado en el Vietnam del siglo XVII, en la modesta provincia Alta Luz a la que es asignado el Mandarín Tân después de aprobar las oposiciones. Entre sus funciones está la de ejercer como gobernador, como jefe del servicio administrativo y jefe del servicio judicial, presidir el consejo municipal y como caso extraordinario actuar como detective. Para ello cuenta con la ayuda de su amigo Dinh que también es funcionario. El segundo rango de autoridad en la provincia lo ostenta el comandante Quôc, mandarín militar, con el que no mantiene muy buenas relaciones.
Las primeras semanas en su cargo se suceden tranquilamente entre banquete y banquete de las familias más importantes de la provincia, que desean granjearse el beneplácito del mandarín y casar a sus hermosas hijas con él, pero pronto estos placeres se verán interrumpidos por un terrible suceso que conmociona a todos. Un niño mendigo perteneciente al grupo de huérfanos Los Engendros del Árbol Enano aparece asesinado. Poco después son asesinados dos niños más. Todos los niños, a cambio de su salario, habían sido acogidos por los monjes en el Templo de la Garza Escarlata.
Para resolver estas deplorables muertes el mandarín no dudará en poner en peligro su vida y viajar a las montañas del norte del país.





El afortunado alumno desenrolló su copia, se aclaró la garganta y leyó con voz un tanto trémula:
-Un hijo único paseaba con sus padres en barca. Habían llevado redes de pesca y, por la tarde, las sacaron llenas. Habían pescado tanto que el fondo de la barca empezó a ceder. Entonces el hijo arrojó a sus padres al agua, cumpliendo así con el más hermoso gesto de piedad filial que se pueda dar sobre la faz de la tierra.
Los compañeros de Guijarro quedaron petrificados. Pero el chico prosiguió:
-Ya que, si hubiera ahogado a uno de sus padres, el otro habría sufrido mortalmente. Y si se hubiera sacrificado a sí mismo, ¿quién habría honrado la memoria de sus padres, una vez éstos fallecidos? Sólo un hijo puede cumplir con el culto de los ancestros y rezar por su paz cuando mueren. Por tanto, creo que actuó de la mejor manera.
Incrédulos, los demás alumnos no osaron aplaudir ante aquella solución audaz, y buscaron antes la aprobación del maestro.
-Ven aquí, Guijarro -dijo el señor Ba con una leve sonrisa.
Cuando el chico se aproximó, lo tomó por el codo con suavidad. Luego, con gesto rápido, le levantó el brazo; con la otra mano haciendo pinza el pulgar y el índice, le pellizcó la axila, retorciéndolo cruelmente.
-¡Pedazo de idiota! -exclamó, fulminante-. ¿No se te ha ocurrido que se podía arrojar el pescado al mar?




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17 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegra ver que nos llegan más cosas de Vietnam que la guerra y los traumas provocados por ella. Culturas y pueblos tan antiguos han quedado reducidos a modernos clichés que sirven a determinadas políticas, olvidando muchas veces el enorme bagaje vital que arrastran consigo. Una oportunidad para acercarse a aquel pueblo que no hay que desaprovechar.
Besos

Marco dijo...

Siempre me ha encantado la cultura vietnamita, y como dicen el el comentario #1, tambien me alegra ver Vietnam desde otro punto de vista. Intentaré conseguirlo.
Besos

Juan Manuel Macías dijo...

Genial el pasaje. Gracias, Lucía, por la recomendación: confieso mi rigurosa ignorancia en la literatura vietnamita. Besos.

MAYA dijo...

Maravillos libro, que espero llegue a mis tierras, ya el resumen que haces es atrapante. Y el niño que penso que seguia la tradición de sus ancestros, no entendió la lección que en su momento le debe de haber dado su maestro. La cultura vietnamita y sus simbolismos es apasionante.

Un beso Lucía.

Maya

El Doctor dijo...

Sinceramente desconozco todo ese mundo Lucía,y tu nueva entrada me parece esencial para acercarnos,a los que estamos lejos,a nuevas culturas. Me lo apunto.
Besos.

Denise Makedonski dijo...

Mi querida amiga qué interesante me pareció todo lo que nos has regalado hoy..Ojalá pueda encontrar ese libro..Me encantaría leerlo...Voy a apuntarlo para tenerlo presente..Un besote cariñosos..Chauuu!!Denise

Flotón dijo...

Es que no tenemos medida, este iba a por peces y volvió con peces...

Anónimo dijo...

Muy bueno que pongas esta clase de literatura, de la cual se desconoce todo; y la que aún queda todo por descubriri...
abrazos!

Fernando dijo...

sólo un paseo de palabras para dejarte un abrazo y un beso...

Insumisa dijo...

Lucía, señorita Lucía, un placer y una grata sorpresa visitarte, como siempre. El guijarrito ese se las trae, ¿eh?

Un enorme abrazo y beso

Nosotras mismas dijo...

Hoy, solo tengo tiempo para saludar

Saludos

Elena dijo...

Un acercamiento interesante a una cultura más que desconocida. Novela negra vietnamita, qué mezcla tan sugerente...

Un abrazo

Naty dijo...

Libro que añades a mi lista de pendientes... Besitos ;)

Noemí Pastor dijo...

¡Lo que me queda por conocer!

Entre mareas dijo...

La historia promete, con un plus de exotismo, la cultura vietnamita me es totalmente desconocida.

Un abrazo.

entrenomadas dijo...

Lucía, sabes que me hablaron de este libro hace unos días. Tuve una gran amiga vietnamita, una mujer fascinante, escucharla contar historias era una delicia.
No dudes que voy a conseguir el libro.

Kisses

MK dijo...

Ese punto sádico de Guijarro me ha recordado esa determinación del chico protagonista de "El marino que perdió la gracia del mar".
A veces tienen una manera de embellecer y argumentar la crueldad que te hace retroceder.
El libro , como no,ni lo conocía y por supuesto , me lo apunto.