jueves, 24 de mayo de 2007

Arte y ensayo

Cahiers du CinemaRecuerdo que en mi barrio, muy cerca de mi casa había un cine de “arte y ensayo” en el que no pude entrar ni una sola vez porque antes de cumplir la mayoría de edad ya lo habían cerrado y transformado en una discoteca. Recuerdo que el bar del cine tenía dos entradas independientes, una desde la sala y otra desde la calle; recuerdo siempre a la misma señora de la taquilla, al portero con su casaca gris con los botones dorados, y su gorra de plato; y al acomodador que era el encargado de cambiar las fotografías de la cartelera. Hoy el local es  un gimnasio.


Me cuentan los que lo conocieron que tenía un patio de butacas muy grande y una gran pantalla, y a los lados las paredes estaban cubiertas por cortinones; también tenía guardarropía y unos sillones a la entrada. Dicen que allí se pudo ver todo el cine más importante de su época e incluso el anterior, siempre en versión original subtitulada. Recuerdan, muy nostálgicos, los vales de descuento que había para los universitarios, los ciclos de cine de por las mañanas, los veranos en que emitían cada día por cien pesetas una nueva película. Se muestran generosos cuando recuerdan las películas que allí descubrieron o las que, gracias a la recién recobrada libertad, pudieron ver sin que la censura se lo impidiera: creo que el cine se inauguró con “El sirviente”, y pudieron ver “El gran dictador” o “El apartamento” en pantalla grande y en versión original, los western de Monte Hellman, descubrir el cine chino, todo Passolini, el cine de los Países del Este, “Novecento”, “La naranja mecánica”, “La vida de Brian”, Gonzalo Suárez, Herzog u Ozu, y muchas más películas que no se cansan de enumerar con cierto justificado orgullo.


En la mayoría de los casos me he tenido que conformar con ver estas películas en la televisión, o sea en un formato para el que no fueron creadas. Reconozco que tengo una modesta colección de películas en DVD, pero las hay que, por muy buena voluntad que se ponga, es imposible reducirlas a la mínima expresión artística y la máxima tecnológica. Es estupendo que se puedan ver películas en el teléfono de bolsillo y que para ello se creen; pero no pretendan, por ejemplo, ver “2001: Una odisea del espacio” porque estarán destruyendo una parte consustancial a la obra, además de la intención de su creador, en este caso, dicho sea de paso, un estricto vigilante de las condiciones en que se comercializaba y la calidad de cada una de las copias que se exponían. Es parecido a lo que sucede con la música cuando resulta difícil de entender que habiendo unos discos compactos donde la música tiene la misma calidad que el master de la grabación original se conformen con una reducida muestra, de nombre Mp3.


En mi ciudad ya no queda ningún cine de “arte y ensayo” ni nada parecido, solo quedan las salas, espléndidas por cierto, que hay dentro de un centro comercial.


Ahora que está a punto de terminar el festival de Cannes y pronto harán públicos los premios, veo la lista de las películas y me pregunto cuantas podré encontrar en el cine ¿Wong Kar-wai, Alexandre Sokourov, Kim Ki-duk, Raphaël Nadjari? ¿Y de “Un certain regard”? ¿Y cortometrajes?  


No hecho de menos ninguna época y menos una que no viví pero es una pena que solo los trasnochadores puedan volver a ver, en la televisión pública claro, a Ford, Hawks o Wilder por decir a tres indiscutibles hasta para los mercaderes.




Traffic Quintet : Jules et Jim - Ma-Tvideo France3
Traffic Quintet : Jules et Jim - Ma-Tvideo France3


Traffic Quintet : Jules et Jim - Ma-Tvideo France3

Sur son album Nouvelles Vagues, Alexandre Desplat, compositeur souvent associé aux films de Jacques Audiard, a transcrit pour quintette à cordes les plus belles pages musicales de la Nouvelle Vague, ainsi que des films dont la musique l'ont inspiré - composées par Georges Delerue, Ennio Morricone, Maurice Jarre, Antoine Duhamel et Alexandre Desplat lui-même... Une approche chambriste revendiquée pour ses couleurs, ses nuances de timbre et sa richesse expressive.
ici le thème de Jules et Jim composé par Georges Delerue




Video de jeansanteuil
Tags: , ,              Powered by Qumana




5 comentarios:

Anónimo dijo...

Leyendo tu post me doy cuenta de que he tenido suerte. Me explico, cuando era muy jovencita cerca de mi casa, a tres minutos más o menos, habia un cine-club magnifico. Recuerdo que mi familia me regaló un bono para una temporada por mi cumple (familia rara la mía), y yo aproveché hasta el último pase. Ví películas rusas largas y dificiles que no entendí pero me encantaron. Ví al más duro Pasolini, a Cocteau,, a muchos directores estupendos. Mi amiga y yo con un bocadillo y mucha calma vimos cosas ahora impensables. Sin duda tuve suerte. Estoy acostumbrada a imágenes lentas y paisajes sobrios. Y eso se lo agradezco a las salas de las que hoy hablas.
Uff, perdón por el rollo que te he puesto hoy.
Un abrazo,

Anónimo dijo...

Hay, qué pena me ha dado leer este estupendo post, cuánta nostalgia contiene, y qué amor por el cine de verdad...
Yo soy partidario de la sala convencional, los centros comerciales, aun teniendo buenas salas, que no siempre es el caso, ponen la misma película en dos o tres, incluso más.
Y en cuanto a lo que programan, mejor me callo, pero qué placer ver "El apartamento" o "Río Rojo" pantalla grande, como en "La última película" de Peter Bogdanovich. En fin, bendita sea la Filmoteca de Zaragoza...

Enrique Bienzobas dijo...

¡Ah! ¡Los cines de "Arte y Ensayo"... También nos tomaban el pelo con algunas versiones cortadas y con películas horribles, recuerdo una que vi en el Palace, hoy también desaparecido, que se llamaba "Las ositas amarillas", cuyo director no recuerdo y, además, es mejor olvidarla. Pero, ¡qué recuerdos!

Gwynette dijo...

Me han dicho que los "Cahiers" ahora se editan en España, en castellano. La verdad es que no los encuentro por ningún lado.
Estoy hasta el moño de las películas con efectos especiales, por eso voy cada vez menos al cine :-(

Cariños de alcachofa

Lucía dijo...

Yo tampoco la encuentro, quizás solo han editado muy pocos números.
Besos de calavera.