martes, 10 de febrero de 2009

¿Sí o no?

 

Mientras desayunaba y echaba un vistazo a El País.com mis ojos se pararon en este artículo de José Antonio Millán: ¿Qué hay ahí dentro?, sobre el dilema entre seguir con el libro tal y como lo conocemos, o cambiar al soporte digital. Aquí, en mi pequeña ciudad, de momento no se comercializa dicho artilugio, pero cuando salga al mercado habrá momentos en que dudaré (de hecho, ya estoy dudando) si comprarlo o no, por ejemplo, como bien dice el Sr. Millán para ir de vacaciones resulta muy práctico y cómodo, o si tienes un apartamento pequeñito te puede ahorrar mucho espacio, o si tu casa ya está abarrotada de libros y para colocar los nuevos tienes que deshacerte de los viejos... También me ha llamado la atención esta frase: Pero en realidad nos estamos alejando de nuestro propósito: un libro no es sólo algo que se lee, sino un artefacto que emite nuestras opiniones hacia el exterior (y por eso en la sociedad japonesa las cubiertas se velan sistemáticamente con forros). Ha sido una casualidad, ayer acabé de leer After Dark de Haruki Murakami, y su protagonista lee un libro cubierto con un forro de la librería donde lo compró, lo cual impide saber qué está leyendo.

Les dejo aquí el artículo en cuestión y ya me dirán qué piensan al respecto: soporte digital ¿sí o no? o en casos excepcionales sí, por cuestiones prácticas. ¿Podrán convivir en armonía como el piano y el sintetizador?

Los libros, reconozcámoslo, son especiales. No se trata sólo de leer, ¡qué va! La cosa va de hojearlos, comprarlos, exhibirlos, coleccionarlos, prestarlos, a veces recuperarlos y (sí) olerlos. Un especialista en aromas -¿recuerdan El perfume?- ha reconocido setenta componentes en el típico "olor a libro viejo".

Hasta tal extremo son especiales que mucha gente se autodefinirá como "amante de los libros", es decir, amante de ese determinado soporte de lectura, mientras que no abundan los "amantes de los CD", sino en todo caso de la música...

Pues bien: ¿por qué íbamos a prescindir de este objeto antiguo y acreditado? O mejor dicho, ¿a cambio de qué? Para abandonar ese "conjunto de muchas hojas de papel que, encuadernadas, forman un volumen" a favor de un artefacto electrónico puede haber razones económicas, físicas, ecológicas, de moda o existenciales. Por ejemplo: ¿quiere usted ir cargado con todos los libros que leerá en estas vacaciones, o prefiere que vayan en la memoria de un aparato que va a pesar lo mismo con o sin ellos? O bien: ¿quiere usted leer alguno de los siete mil libros que sirve su librería, o prefiere escoger entre el millón y medio que Google ofrece en Estados Unidos?

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18 comentarios:

Insumisa dijo...

¿Libros sin libros?
:-(
Ya existen las flores de plástico... pero no he sabido que ninguna de ellas, haya dejado huellas en el alma.
Los libros, viejos o nuevos, son un reto, una invitación, una aventura con aromas y sensaciones físicas. Además, el monitor me cansa mas, cuando de leer textos extensos se trata.

Esti dijo...

De entrada, soy reacia, pero sé que en algun momento sucumbiré... para viajar, para las niñas, por el espacio... Me digo que mientras se trate de leer, será mejor que nada. En cuanto a forrar las cubiertas, es muy interesante. Tendríamos bibliotecas muy difrentes, especiales...

Antonio dijo...

Me encantan tus fotos.

Noemí Pastor dijo...

Yo antes siempre forraba los libros que leía en el metro, el tren o el autobús, porque veía las lecturas de los demás, los juzgaba por ellas y no quería ser juzgada. Ahora ya no forro los libros. Por pereza y porque me da igual lo que piensen los demás viajeros de mí.

39escalones dijo...

El libro lleva existiendo, de una u otra forma, como lo conocemos hoy o enrollado en sí mismo, miles de años, y no creo que el formato electrónico vaya a sustituirlo. Como solución funcional en un momento dado tiene sus ventajas, pero nunca puede sustituir al original. Si eso termina ocurriendo, es que somos todos bobos. ¿Se imagina alguien sustituir el sexo por el Orgasmatrón de Woody Allen en "El dormilón"? En esa película "futurista" se decía que los únicos que seguían practicando el sexo "corporal" eran los españoles. ¿Pasará igual con el libro?
Así que ni sí ni no. Digamos que se acepta como subsidiario.
Un abrazo.

SONIA FIDES dijo...

el artículo es súper interesante y además como no hay que elegir y puede ser compatible con el formato convencional, pues se convierte en un objeto muy atractivo. ¿Te ha gustado "After dark"? A mí me salvó de la decepción que me supuso "Kafka en la orilla". El libro tiene momentos brillantísimos, esas conversaciones entre la joven que lee el libro forrado y el joven músico no tienen desperdicio, pero creo que a Murakami se le va mucho la cabeza, que abusa demasiado de su tendencia a lo onírico y que eso a menudo destroza la arquitectura de su libros. No sé que opinas tú, espero que me lo cuentes.

Un beso súper.

samuel dijo...

La tecnología y la informática pueden darnos posibilidades, y nos las están dando, muy buenas. Todo tiene sus ventajas, y los soportes informáticos, bendito sea internet, nos dan una capacidad de comunicación impresionante, por la que personas de otras épocas creo que matarían. Los libros tienen un tacto, un aroma y un algo físico que desde luego no puede tener un soporte informático, pero el mero fetichismo del papel es una cosa secundaria, en mi opinión uno lee, en papel, en el ordenador, en la tele, donde sea, porque quiere sentir y aprender, recordar, y escribimos, hablamos, porque queremos y necesitamos compartir cosas, dar cosas. No creo, Lucía, que haya que elegir, o decantarse, creo que lo ideal será poder elegir entre formar una biblioteca física y una virtual. La virtual es más grande y manejable, y la física permite presumir más, pero hay gente que solo tiene libros para adornar la estantería, pelín triste. Yo creo que los libros digitales y todo lo que se puede leer en internet son un avance en las posibilidades de conocimiento y disfrute de la literatura y de la creatividad humana. A favor de las dos cosas, del entrañable libro de toda la vida y del moderno libro del presente y del futuro. Y creo que el libro de papel no va a desaparecer, tampoco ha desaparecido el teatro con el cine, por ejemplo. Un saludo.

Lucía dijo...

Presiento que un futuro los dos soportes convivirán y se complementarán. El libro tal y como lo conocemos no creo que desaparezca nunca, se editarán menos libros en papel, pero lo que se dice desaparecer me parece imposible.
El soporte digital está bien para unos casos determinados y supongo que lo utilizaremos sólo en esos casos. Los amantes de los libros nunca dejaremos de comprarlos, tal vez las generaciones venideras, que ya nacen manejando todo tipo de aparatos, no tengan ningún reparo en utilizar el libro digital, y vean la edición en papel como algo anecdótico.
Me gustaría tener una máquina del tiempo y avanzar 30 años y averiguar qué ha pasado, cómo acabaron estas tribulaciones nuestras.

Noemí, sólo he forrado un libro en todo el tiempo que llevo de lectora, uno que compré hace poco que se titula "Bangkok 8", y lo hice porque en la portada aparece una serpiente enorme, y las serpientes me da un miedo y una cosa que me muero.

Sonia, me gustó mucho After Dark, pero como todo lo de Murakami, me cautiva. El que menos me gustó fue "El pájaro que da cuerda al mundo", para mí le sobraban unas cien páginas, se fue un poco por las ramas. En lo que no coincidimos es con "Kafka", es mi preferido. Es muy imaginativo y deja el libro abierto a varias interpretaciones. Tienes que ser tú misma la que resuelva los cabos sueltos.

Un abrazo para todos y gracias por vuestras sabias opiniones.

Anónimo dijo...

Les ruego me disculpen la comparación que voy ha hacer:

Es como la ropa interior, según para qué se usa un tipo u otro.

Nunca he forrado un libro, ni he escondido ninguno en mi biblioteca según quien viniese de visita.

Un saludo

Fernando García Pañeda dijo...

Con el tiempo, la pregunta se nos quedará obsoleta. Supongo que hace unos cuantos años nos preguntábamos acerca de la escritura de cartas frente al correo electrónico; hoy, ¿quién lo duda? Nos quedamos con la carta escrita a mano para ocasiones especiales, o para personas especiales, para resaltar el gesto frente al mensaje rápido.
Con los libros ocurrirá lo mismo; los libros son contenidos, y esos contenidos nos pueden llegar a los lectores de una u otra forma. Supongo que Gutenberg también escucharía denuestos y críticas cuando empezó a imprimir en papel.
Cuando surja el aparato lector definitivo, será imparable. Ni para bien ni para mal.
Un beso.

BarakKhazad dijo...

hum!
gracias, me ha gustado leer el artículo. es interesante...

añado una cosa:
bueno, dos.
dilema similar al de cuando apareció todo esto de los torrent, el divx, los sistemas home cinema, etc. ver una pelicula, ¿en casa, o en el cine? todavia, lo nuevo no ha podido con lo antiguo, sino que más bien, segun quién, y según para q película, prefiere un método o el otro...
quizás pase lo mismo con los libros en papel, y el lector digital.

y la segunda.
hay libros, físicos, datados de la edad media. e incluso algunos anteriores.
¿sabéis la vida útil de un cd, o la de un dvd? ¿recordáis la vida útil de un diskette, si los conocisteis? si nos cambiamos al soporte digital por completo, seremos la generación oscura. dentro de 100 años nadie sabrá nada sobre nosotros. dentro de mil años, encontrarán unos discos de silicio que no sabrán como leer, y pensarán de nosotros que fuimos unos gilipollas al no saber comunicarnos con nuestros descendientes...

dicho todo esto, abogo por los lectores digitales, y de hecho, he leido varios libros, e incluso sagas completas, en pdf y demás. pero lo cortés no quita lo valiente. sigo comprando libros y seguiré haciéndolo hasta que me muera.
^_^

Raúl dijo...

Leí el artículo.
No sé qué razones dar para no dejar morir el soporte original, más allá de las emocionales. pero el caso es que un libro, joder... siempre será un libro.

Dante Bertini dijo...

somos cada día más, a cada minuto más frágiles, prescindibles, impermanentes
los libros en papel ocupan demasiado espacio; pesan, abultan, son difíciles de trasladar

hay que estar ligero de equipaje: las evacuaciones son menos engorrosas

estoy muy poco optimista, lo siento

fgiucich dijo...

Cito a Santiago Kovadloff (Argentina, 1942): "Con frecuencia, con unción, con lentitud, recorro mi biblioteca. No es un altar pero así la siento. De los pocos bienes que tengo, ninguno es para mí más entrañable, ninguno más venturoso. No viví para construirla pero, construyédola, me sentí vivir y revivir"
De "Ensayos de intimidad".
Abrazos.

Ajenjo dijo...

Podrá decirse que el libro solo es un envase, que no es el objeto en si, si no, su contenido. Quizá sea cierto, pero leer, digo, disfrutar de la obra literaria, es un acvto mas complejo que simplemente observar una serie de palabras y comprenderlas. Encontrar el libro en el anaquel, tocarlo, palapar la cubierta, percibir la textura del papel, buscar la última página leida mientras se percibe su olor. Esas acciones simples, también forman parte del disfrute del libro.

beso
A

El Doctor dijo...

Ya sabes que soy bastante pesimista,ay,pero me estoy enmendando,de veras.Yo creo que el libro no se perderá nunca.La literatura siempre ha dependido y depende de los buenos lectores,todo lo demás es efímero.También creo que este nuevo soporte y con toda seguridad,apoyado por los más jóvenes,puediera ser el principio del iceberg que les lleve con el tiempo al libro.
Escelente post Lucía.

Besos y un fuerte abrazo.

entrenomadas dijo...

Presiento que un futuro los dos soportes convivirán y se complementarán. El libro tal y como lo conocemos no creo que desaparezca nunca, se editarán menos libros en papel, pero lo que se dice desaparecer me parece imposible.

Yo me quedo con esto que has dicho.
Y confío en ello.

Besos,

M

Tesa Medina dijo...

La tecnología está ahí, de cada uno depende cómo la queramos usar.

Adoro los libros y hasta mi última mudanza, cuando decidí dejar atras unos cuantos, he vivido con todas las paredes de mi casa forradas con ellos.

Creo que siempre tendré libros, pero tampoco me cierro a leer en soporte digital cuando me resulte cómodo y fácil. Por ahora prefiero el papel, pero estoy abierta a nuevas experiencias.

Besos, Lucía