sábado, 3 de mayo de 2008

Primarias


-En la época medieval, cuando los banderizos hablaban de "valer más", como Lope García de Salazar o, todavía después, cuando un bárbaro como Lope de Aguirre se refería a lo mismo, ese "valer más", es una especie de "valer más" que se proyectaba sobre la lucha, la lanza, la amenaza y la crueldad. Era un "más valer" arcaico, de un animal carnicero que cree que impone su ley. Lo raro es que esto se diera en una sociedad que se decía cristiana.

Los orígenes de este "más valer" podrán estar en todo menos en un ideal cristiano o en un modelo filosófico, ético o moral de  una sociedad solidaria. No cabe duda que en la Edad Media, por un lado, estamos con el cristianismo a vueltas, y por otro, con esa noción caballeresca o brutal de unas gentes que eran señores y dominantes.

En el mundo moderno, la burguesía, y lo que no es burguesía también, ha seguido con esta idea del "más valer", que se fomenta en las escuelas, en los institutos de enseñanza, en los colegios de los jesuitas y en todas esas congregaciones que educan a los chicos en la competitividad y en la idea de que "hay que llegar...". Hoy, naturalmente, han trasladado el "más valer" a las notas, a los ejercicios, a los exámenes, a las oposiciones, a las pruebas propias de nuestra época, que son muchas, y muy distintas a las antiguas.

Y hasta se creó un concepto, que después de la guerra del 36 tomó un aire ridículo, y del que se hablaba con retintín, que es el de "superdotado". Hubo un momento en España en que todos eran superdotados, sobre todo, si habían sido de la Falange.


Disquisiciones antropológicas. Julio Caro Baroja y Emilio Temprano. Ediciones Istmo (1985).

10 comentarios:

Insumisa dijo...

¡Primeras!

Ese duelo musical entre la guitarra y el banjo me gustaron mucho.
jejeje a lo mejor no llegué la primera, pero aun no había nadie.
;·)
Besito

39escalones dijo...

Fenomenal texto: la competencia y la prisa, el éxito súbito, es el "más valer" de hoy.
La escena es estupenda, y la película más que inquietante.... y dolorosa.
Besos

Sam Ordet dijo...

una cita muy interesante, qué sentido del humor más sutil, unir en pecaminoso matrimonio el duelo de banjos y esta reflexión sobre la competitividad... Lewis Carroll ya criticaba ese afan de ser el primero que al final acaba siendo el patológico afán de ser el único. Un saludo.

Cósimo dijo...

Siempre me gustaron tanto las reflexiones de Gasset como las de Caro Baroja, dos de las escasas mentes filosóficas valiosas de esta península, aunque siempre con una filosofía muy cercana a la historia y a la antropología.

Quiero ver esa película.

Dante Bertini dijo...

boorman en su momento fue tachado de fascista; nunca entendí porqué. El film era tremendo.

ana dijo...

Genial escena de una preciosoa peli, la recuerdo, me impactó.
El pensamiento del texto es una realidad pensosa pero es así. Queremos "mejorar" la raza a toda costa, aun a costa a veces de sacrificar cosas importantes como los valores esenciales del ser humano, que cada vez prescinde más de cosas como la humildad.
Un beso Lucía,
ana.

Flotón dijo...

Creo que existe un componente de competitividad en las personas, de ahí a hacer que sea lo más importante o lo único hay un gran trecho.

Me cuesta educar a las niñas en que ser el mejor no es lo más importante.

Noemí Pastor dijo...

Casualidad. Yo trabajo a pocos metros de la Torre Salazar, que perteneció a don Lope García. Ahora es restaurante y sala de exposiciones. El restaurante es magnífico. La sala de exposiciones también merece la pena. Y no me pagan nada por la promoción.

Tesa Medina dijo...

Una vez me dijo mi hijo tratando de explicarme la incompatibilidad con una chica de la que estuvo muy enamorado, después de intentar que la relación no se rompiera:

“El problema es que a ella la han educado para tener y a mí para ser feliz”.

A mí sí que me hizo feliz. Nunca les inculqué a mis hijos la idea de ser los mejores, sino que trataran de ser coherente, tuvieran criterio y fueran responsables; de ponerse en el lugar del otro y respetar a todo el mundo.

Ni religión ni técnicas competitivas me hicieron falta para que mis hijos sean personas muy válidas, de las que me siento muy orgullosa.

Esa competencia insana por ser más que nadie genera muchas frustraciones.

El duelo, una maravilla. Y el texto contiene mucha ironía de la buena.

Besos, Lucía.

Ah, respondiendo a tu pregunta. He escrito cuentos por encargo para empresas y entidades. Publicar como autor es mucho más complicado, pero muchas gracias por pensarlo.

Anónimo dijo...

Miedo me da ese ´valer más´: tanto vales, tanto tienes. Hay días en que hay que sacar los cuernos, dejarles crecer, y ser inhumano para que vuelva lo menos. Algo así.
Besos,