lunes, 10 de septiembre de 2007

¿Crisis?


...Estaba cada vez más deprimido.El más mínimo escándalo, y no sólo se hundiría el plan Giscard sino que ¡hasta su misma carrera profesional se habría acabado! Las tremendas cifras le remachaban la cabeza. El año pasado había tenido unos ingresos de 980.000 dólares. Pero tuvo que pagar 21.000 dólares mensuales a cuenta del préstamo de 1,8 millones con el que había comprado el apartamento. ¿Qué eran 21.000 dólares mensuales para alguien que casi ganaba un millón al año? Así fue como pensó en aquel momento, pero de hecho esa cantidad mensual resultaba una carga pesada, aplastante. Subía a 252.000 dólares anuales, no desgravables porque no se trataba de una hipoteca, sino de un préstamo personal. (Las juntas de propietarios de los edificios de lujo en Park Avenue no permitían que nadie hipotecase su apartamento).  De modo que, teniendo en cuenta los impuestos, necesitaba ingresar 420.000 dólares para pagar esos 252.000. De los 560.000 dólares restantes de sus ingresos del año anterior, 44.000 se le iban en pagar los gastos mensuales de mantenimiento del apartamento; 116.000 para la casa de Old Drover's Mooring Lane de Southampton (84.000 para el pago de la hipoteca con sus intereses, 18.000 para la calefacción, servicios, reparaciones y seguros, 6.000 para cortar el césped y los setos, 8.000 para los impuestos). Las fiestas en casa y en restaurantes habían subido 37.000. Esta era una cifra modesta en relación con lo que pagaban otros; por ejemplo la fiesta de cumpleaños de Campbell en Southamton no contó más que con un tíovivo (aparte de, naturalmente, los ponies y el prestidigitador, que eran obligatorios), y le había costado menos de 4.000 dólares. La escuela Taliaferro, servicio de autobús incluido, le había salido por 9.400. La factura de muebles y ropa había sido de aproximadamente de 65.000; y no había posibilidades de reducir esta partida de gastos dado que Judy era, al fin y al cabo, decoradora, y tenía que mantener cierto nivel mínimo. El servicio (Bonita, Miss Lyons, Lucille, la mujer de la limpieza, y Hobie, el chico para todo de Southampton) les costaba 62.000 dólares anuales. En resumen, sólo le quedaban 226.200 dólares anuales, o 18.850 al mes, para los impuestos adicionales y gastos diversos, entre los que había que contar los seguros (en promedio, casi 1.000 al mes), el alquiler del garaje para dos coches (840 al mes), gastos de comida en casa (1500 al mes), cuotas de clubs (unos 250 al mes)... La verdad, la abismal verdad era que el año pasado había gastado más de 980.000 dólares. Bien, podía, naturalmente, recortar un poco por aquí y por allá -aunque no lo suficiente-... ¡suponiendo que ocurriera lo peor! Pero de lo que no podía escabullirse era del préstamo de 1,8 millones de dólares, de esos aplastantes 21.000 dólares al mes, a no ser que lo devolviera de golpe, o que vendiera el apartamento para mudarse a otro más modesto, ¡lo cual era imposible! ¡Ya no podía volverse atrás! En cuanto alguien ha vivido en un apartamento de 2,6 millones de dólares, un apartamento de Park Avenue, ¡resulta imposible irse a vivir a un apartamento de sólo un millón!



La hoguera de las vanidades. Tom Wolfe (1987). Editorial Anagrama .





Títulos de crédito de la serie de televisión Weeds.
Canción Little Boxes compuesta e interpretada por Malvina Reynolds.


Appreciating Depreciation The New York Times

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10 comentarios:

Anónimo dijo...

Compadezco al muchacho por tener que pensar cómo llegar a fin de mes con 980.000 dólares anuales. Qué angustia.
A mí me pasa lo mismo... Un sinvivir, vamos.

Qué felididad ser uno tan pobre y no tener que pensar esas cosas.

Besos

fgiucich dijo...

Y el que quiere celeste que le cueste. Abrazos.

Flotón dijo...

Me ha recordado a
esto
Y a la carrera de armamentos y a la estupidez humana...
Y a que se pueden agotar unos recursos aparentemente infinitos.ww

MK dijo...

Recuerdo como llamaba Tom Wolf a esas mujeres ,encajadas al milímetro en el cliché de la elegancia , delgadas en extremo y perfectamente integradas en ese universo de compañeras de los Amos del Universo: "radriografias sociales".
Como viuda y madre de tres hijos , una perra y dos trabajos ...créo que debería ver algún capítulo de Weeds, que opinas?

Lucía dijo...

Ser pobre tenía que tener su lado bueno.
Sí,esto tiene mucho que ver con la estupidez humana.
MK, anímate a ver Weeds, te sorprenderá.
Abrazos.

entrenomadas dijo...

Me pasa como a Escalones, me da una penica.

kisses

Denise Makedonski dijo...

Ese pobre hombre esta peor que yo.!!.Felizmente tengo una vida austera y aún así no termino de pagar impuestos y otros gastos...
Amiga gracias por pasar por mi blog y me alegro mucho que te hayas unido a la causa del medio ambiente..
Besitos cariñosos...Chauuu!!!Denise

El Doctor dijo...

¡Madre mía!¡Lo que me cuesta pagar el alquiler!Y veo a mi alrededor pobres gentes hipotecadas de por vida,trabajando para adquirir cosas que no necesitan.Una cosa son los ricos,y la otra el proletariado que vá de rico.Cuando les digo que se trata de "ser" y no de "tener",no me entienden.También les digo que "tenemos lo que somos" no somos lo que tenemos,pero tampoco lo entienden, y siguen trabajando todo el día para perder toda una vida.
Besos.

Lucía dijo...

Tienes razón Francisco, se trata de ser y no de tener; parece mentira que algo tan sencillo mucha gente no sea capaz de entenderlo y asimilarlo.
En el fondo son unos esclavos ... ellos se lo pierden.
Abrazos.

MAYA dijo...

Dios, esclavo de sus propias vanidades. Que te puedo decir, hay personas que nunca se podrán acomodar a sus realidades actuales, por sostener un status de vida de apariencia, terminan en una crisis de padre y señor mio. Conozco a gente que se ha quedado con la ropa que llevaban puesta porque no digieron alto, cuando tuvieron la oportunidad.

Claro que existe gente así, y más de la que pensamos. Es gente que vive en su propia celda de oro. Y el carcelero ni asoma.

Lo mejor Lucía, toda una reflexión.

Maya