Taraf de Haïdouks interpretando Danzas Rumanas de Bela Bartok.
Estoy bartok de todo...
Estoy bartok de todo,
bela
bartok de ese violín que me persigue,
de sus fintas precisas,
de las sinuosas violas,
de la insidia que el oboe propaga,
de la admonitoria gravedad del fagot,
de la furia del viento,
del hondo crepitar de la madera.
Resuena bela en todo bartok: tengo
miedo.
La música
ha ocupado mi casa.
Por lo que oigo,
puede ser peligrosa.
Échenla fuera.
La música y yo. Ángel González. Colección Visor de Poesía. Volumen 485.
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7 comentarios:
Excelente sugerencia musical la de hoy, qué gran compositor y qué final tan triste tuvo...
En fin, queda la música, su música, evocadora, imprescindible.
Besos
Este Ángel González ¿cómo diablos puede ser tan condenadamente bueno?
Sí, 39 Escalones, para mí la música es imprescindible.
Noemí, no sé cómo lo hace, ¡ojalá lo supiera! Me conformaría con escribir un verso la mitad de bueno.
Abrazos.
QUE BELLO!!
Con el aprendí que el nacionalismo podía ser hermoso mas allá de conflictos políticos y de banderas ondeantes.
te beso tarde
pero llego a tiempo,
te beso de regreso temprano.
Después de leer y oír tu sugerencia de hoy, me imagino a Ángel(qué bueno) invadido por notas gigantes que salen de violines furiosos como enredaderas y de gitanos húngaros de grandes mostachos animándolas a la invasión a ritmos endiablados de acordeones de nácar. Mientras Bartok se ríe a carcajadas, con un deje de melancolía.
Me ha encantado, Lucía. Besos.
Supongo que es una especie de mutación, de evolución: de cada varios millones de personas, una de ellas es un Ángel González. Y otra, Bela Bartok.
Sí, la música es peligrosa, pero ¿qué esencia imprescindible no lo es?
Qué bueno es Ángel González. Siempre se queda una con ganas de leer más. Y si lo acompaña Bartok mejor.
Besos
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